Hay diferentes clases de amigos. Esta el que te acompaña siempre, pero solo hablas trivialidades. Tal vez hay otro que no veas tan seguido, pero las pocas palabras que intercambias te llegan al corazón. Un amigo incondicional podría acompañarte hasta el fin, en cualquier situación apoyándote en tus desiciones. Pensándolo bien ser incondicional no es tan difícil, tal vez si no nos tomásemos demasiado enserio lo que haga nuestro amigo lo podríamos acompañar al infierno mismo, hasta podría ser por mera inercia.
De todas maneras la amistad puede ser un poco molesta, especialmente si nuestro compañero nos sugiere que estamos equivocados. Pero que es lo que lo hace opinar? Acaso se cree mejor que nosotros para juzgarnos? Quien le dio ese poder para mirar de una forma tan crítica nuestra vida? O es su vida perfecta, o al menos mejor que la nuestra?
Si estuvieses 100% seguro que tu amigo va a tomar la decisión equivocada, cual es tu limite para sugerirle tu punto de vista? Acaso si fueras tu el que va a tomar esa desición incorrecta, no te gustaría que tu compañero haga el mayor de los esfuerzos para hacerte comprender tu error y revisar tu determinación?
Una y mil veces me he encontrado ante esta situación, e intervenido, he sido juzgado, aislado, odiado por muchas novias e insultado por muchos hombres. Simplemente no puedo dejar que las cosas que firmemente y con argumentos sólidos considero malas les sucedan a mis amigos, personas que quiero y admiro. Uno no puede ser todo el tiempo objetivo, todos sabemos que el amor y la distancia nublan nuestra vista y nos hacen equivocar.
Pero también es verdad que cada uno debe vivir su vida y su propia experiencia, el dolor debe ser comprendido y es esta pena la que se convierte en una enseñanza. El tiempo nos dará sus respuestas. Por lo pronto yo prefiero al amigo molesto, el que nos juzga y se juega con sus observaciones, el que se compromete con lo que dice y se hace cargo de lo que hace. Por supuesto esta clase de amigo es la que la mayoría detesta, pero siempre y cuando su motor sea el amor, su sinceridad no puede ser más que una oportunidad, un camino nuevo para considerar.
posesion?
La siguiente es una historia verídica ocurrida aproximadamente la tarde del 25 de agosto del 2006.
Todas las semanas Laura concurría a la casa de mi padre. Esta enfermera de pies había sido recomendada por el médico para realizar un cuidado periódico de las extremidades ya desgastadas por el uso cotidiano. Su tarea era algo delicada, debía cortar cuidadosamente cada una de las uñas que tienen la tendencia natural a encarnarse y lastimar la delicada carne de los dedos. Sin el tratamiento correcto el paciente sufre dolores insoportables, si no se soluciona a tiempo la gangrena gana el sector y la única solución es la amputación.
Nunca a nadie había llamado la atención el comportamiento de la podóloga, siempre fue muy amable y correcta. Una tarde cualquiera se presentó dispuesta a realizar sus quehaceres semanales. En la casa se encontraban mis dos hermanas, mi madre y mi padre, todos en habitaciones separadas. Laura fue atendida por mi hermana menor quien la condujo hacia los aposentos de mi padre. El estaba descansando, así que no se percato de nada y de nada sirvieron sus testimonios para generar este relato.
Entraron en la habitación, y la enfermera se dispuso a conectar sus herramientas eléctricas para
realizar el tratamiento, pero los cables no llegaban. Iban a necesitar una extensión eléctrica. Mi hermanilla sugirió trasladar las herramientas a otro toma, a lo que Laura respondió con un balbuceo incomprensible. Al darse vuelta para observarla, noto que la miraba fijamente. Los ojos bien abiertos, sin parpadear, las pupilas dilatadas. Puso sus brazos al costado de su cuerpo y comenzó a realizar un movimiento de péndulo humanamente improbable. Mientras seguía “hablando” o balbuceando, no podía entenderse lo que decía, si tenía sentido o no.
Lo primero que se me ocurrió cuando me relataron esta historia fue pensar en un ataque de epilepsia, pero luego de investigar un poco tuve que descartar esta hipótesis, prácticamente ninguno de estos síntomas coincidía.
Aterrorizada, se acercó y le preguntó si se sentía bien. No obtuvo respuesta, solo una mirada fija,
siempre pronunciado palabras incomprensibles. El movimiento pendular no cesaba y comenzaba a acrecentarse. En ese momento mi otra hermana escucho los gritos e ingreso en la habitación. La enfermera giro derepente su cabeza y la miro fijamente. Las dos testigos huyeron corriendo a llamar a mi madre. Cuando regresaron todo parecía haber vuelto a la normalidad. La increparon sobre su extraño comportamiento pero ella parecía no recordar nada. Nadie se atrevió a acompañarla hasta la puerta. La mujer dio un portazo y se fue muy enfadada por haber venido desde lejos y no haber podido hacerle los pies a su paciente ni recibir su paga.
Todas las semanas Laura concurría a la casa de mi padre. Esta enfermera de pies había sido recomendada por el médico para realizar un cuidado periódico de las extremidades ya desgastadas por el uso cotidiano. Su tarea era algo delicada, debía cortar cuidadosamente cada una de las uñas que tienen la tendencia natural a encarnarse y lastimar la delicada carne de los dedos. Sin el tratamiento correcto el paciente sufre dolores insoportables, si no se soluciona a tiempo la gangrena gana el sector y la única solución es la amputación.
Nunca a nadie había llamado la atención el comportamiento de la podóloga, siempre fue muy amable y correcta. Una tarde cualquiera se presentó dispuesta a realizar sus quehaceres semanales. En la casa se encontraban mis dos hermanas, mi madre y mi padre, todos en habitaciones separadas. Laura fue atendida por mi hermana menor quien la condujo hacia los aposentos de mi padre. El estaba descansando, así que no se percato de nada y de nada sirvieron sus testimonios para generar este relato.
Entraron en la habitación, y la enfermera se dispuso a conectar sus herramientas eléctricas para

Lo primero que se me ocurrió cuando me relataron esta historia fue pensar en un ataque de epilepsia, pero luego de investigar un poco tuve que descartar esta hipótesis, prácticamente ninguno de estos síntomas coincidía.
Aterrorizada, se acercó y le preguntó si se sentía bien. No obtuvo respuesta, solo una mirada fija,

paredes que dan conquillas


cordoba encendidad


pata sabrosa
El jamon es muy barato en españa. La pata que ven en la foto nos acompaño a todos lados, la pagamos solo 19E y no llegamos a consumirla completamente, fue heredada por el ave suprema de marbella "EL LORO".Como todos saben marian tiene problemas de presion, asique debido a la incesante ingesta de la conserva sus encías sangraban y le salia liquido blanco de las orejas.
cenando en frente a la mezquita
el silencio
Hay pocas cosas tan contradictorias que
que puedan usarse con tanta eficacia.
Hablo del silencio, está ausencia puede
resultar tan conveniente como destructiva.
"prefiero callar y parecer un idiota, que
hablar y despejar toda duda" Marx.
El silencio es un escudo que nos muestra
interesantes, místicos, todo depende de
la imaginación de la mente del observador
que se esfuerza muchísimo por encontrar
el motivo de nuestro silencio construyendo
las teórias más improbables sobre nuestro
pensamiento.
Pero el silencio no es eterno, debe ser roto alguna vez, esto provocará el respeto
de nuestro observador, o la más baja humillación.
Un silencio digno siempre tiene un porque claro y consizo para su ejecutante, si no lo tiene podría conviertirse en la causa de nuestro desprestigio y acabaría con todo idealismo que podria haber resultado ventajoso para nosotros.
La habilidad de manejar el silencio consiste en hacerlo durar solo el tiempo justo, un silencio prolongado termina provocando el desinterés perpetuo que se
convertirá en mera curiosidad inoperante y se alejará tal vez de nuestros interéses.
que puedan usarse con tanta eficacia.
Hablo del silencio, está ausencia puede
resultar tan conveniente como destructiva.
"prefiero callar y parecer un idiota, que
hablar y despejar toda duda" Marx.
El silencio es un escudo que nos muestra
interesantes, místicos, todo depende de
la imaginación de la mente del observador
que se esfuerza muchísimo por encontrar
el motivo de nuestro silencio construyendo
las teórias más improbables sobre nuestro
pensamiento.
Pero el silencio no es eterno, debe ser roto alguna vez, esto provocará el respeto
de nuestro observador, o la más baja humillación.
Un silencio digno siempre tiene un porque claro y consizo para su ejecutante, si no lo tiene podría conviertirse en la causa de nuestro desprestigio y acabaría con todo idealismo que podria haber resultado ventajoso para nosotros.
La habilidad de manejar el silencio consiste en hacerlo durar solo el tiempo justo, un silencio prolongado termina provocando el desinterés perpetuo que se
convertirá en mera curiosidad inoperante y se alejará tal vez de nuestros interéses.