Puertas mal cerradas

El hombre, sin alzar la vos, volvió a pedir perdón por sus errores y propuso una charla al respecto. La mujer ni lo miró. No contesto nada, se levantó del banco de plaza y se fue sin mirar atrás.
El individuo, que ahora estaba sólo, hundió su rostro en sus manos y se lamentó. Si bien era poseedor de grandes defectos tenía la capacidad de perdonar y es por eso que todo le pareció injusto. No es que su falta fuera menor, era solamente que esa misma mujer que ahora lo ignoraba y se ofendía era la misma que tiempo atrás lo había maltratado, humillado y subestimado. La única diferencia era que él si la había perdonado.
Se levantó y comenzó a caminar tratando de encontrar un lado positivo pero solo encontró esto: “tal vez sea esta la única manera de terminar con esta historia, quizás en lugar de estar enojado debería agradecerle…” El hombre sonrió y creyó su mentira cerrando así una puerta que tarde o temprano volvería a abrirse.




Enviado por Victor Fargas

1 comentario:

  1. me preocupa la actitud de este señor a que tiene tendencias suicidas, ojala que no...Pero esta defraudado por la vida....

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