Para mister jones

Noviembre fue caluroso. Llegaba al trabajo todo traspirado, en bicicleta. Estoy por vender la moto. Esta en ayacucho a la espera de un comprador. Queríamos un auto pero se interpuso algo mas copado, que fue el mudarnos. En menos de una semana conseguimos un departamento alucinante. Flor quería alquilar una casa. Había un lugar con olor a perro por constitución. Un departamento en planta baja por la zona de la Perla, que era una ratonera. El jueves apareció. Es un viejo edificio de dos pisos, de entrada pequeña y pretensiosa, como una puta virgen recién acicalada. Son solo dos departamentos por piso y el nuestro es el de la esquina. Tiene una habitación con una ventana en ángulos. La imagine en invierno. La voy a usar para leer y escribir. Flor la va a usar para atender pacientes. Tipos gordos se van a sentar a confesar cosas horribles ahí dentro. Después vendré yo, que no pienso revelar nada distinto.

Para festejar nos fuimos pa Ayacucho. Silencio, poca gente, pocas ambulancias y camiones de bomberos. El sábado por la tarde fuimos al rancho de un viejo que murió en mayo. Se llamaba Isidoro Rito. Lo juro.

Mientras el tío de Flor cortaba el pasto, su novia improvisa mate. Flor empezó a revolver la casa del muerto. Mierda, era el rancho de un hombre soltero que fue novio de una mujer toda su vida. No se caso con ella; no le gustaba a su madre. Lo juro.

Tenía una foto de Peron y un cuadro de Racing Club. Guardaba en su billetera la factura por la compra de una bicicleta roja, china, de paseo. Esas de caño cuadrado. La compro en 1993. Flor encontró una bola transparente con un pesebre dentro. Con agua, quizás bendita, de Tandil.

Había una explosión de mugre dentro de la casa. El escusado estaba afuera. Porque era un agujero con una superficie de cemento como banco. No era un inodoro. Era un Viaje en el tiempo asegurado. La noche anterior vi un fantasma al costado de la ruta. Caminaba usando una camisa celeste y unos pantalones antiguos. Los bichos de luz lo hicieron más creíble; no me dio miedo. Fue natural verlo, esperable.






Texto enviado por Mr. Tambourine Man