El auto rojo
Riky es un chico normal de unos 11 años. Aún recuerda cuando hace tiempo un día de reyes le trajeron el regalo más maravilloso que podían traerle: un auto rojo de la serie Glooh. En verdad lo había deseado por mucho tiempo y obtenerlo fue para él una sorpresa, se pasaba el día jugando con su auto mirándolo, acariciándolo y viviendo aventuras de las más alocadas.
El tiempo paso, Riky creció pero no olvida su auto rojo, no puede olvidarlo. Cuando esta en el colegio no hace más que esperar el momento de llegar a su casa para volver a jugar. Cierra los ojos y queda cegado por lo brilante de su color, por el sonido de sus engranajes cuando se mueven las ruedas al generar fricción, por su elegante desplazamiento y por sus finas líneas deportivas que lo hacen único.
Aveces cuando llega del colegio prefiere no ir a buscar su auto y juega con otros juguetes nuevos que lo entretienen y hacen olvidar por un rato lo maravilloso que es el bólido rojo. Otras veces va a un baúl especial ilusionado en verlo, sus ojos brillan de ansiedad y fascinación, pero cuando finalmente lo tiene en sus manos se da cuenta que el auto ya no es el juguete que era y ese brillo desaparece. Su sistema de fricción esta arruinado, le falta la rueda trasera derecha producto de un caída y su color ya no es tan rojo como antes. Entonces juega apenas un rato con él, lo guarda con una sonrisa nostalgica y algo de angustia.
Al otro día en el colegio otra vez el auto rojo se clava en su mente. Lo nombra en las composiciones que le pide la maestra y en los dibujos de plástica lo retrata incansablemente.
Sus amigos del colegio ya no juegan con autos, Riky siente que ya esta grande para seguir haciéndolo pero no encuentra la manera de dejarlo atrás. El auto rojo es su tesoro, pero lentamente comienza a ser un problema.
Se dice a si mismo que ya esta grande para jugar con autos, lo deja guardado por mucho tiempo mas nunca lo olvida. Le molesta que el juguete le guste tanto, aveces lo odia y piensa que hubiera sido mejor que nunca se lo hubieran regalado y que si el auto no existiera el podría ya convertirse en un adolescente, el auto es la conexión con su niñez que Riky esta empecinado por abandonar. Otros días cierra los ojos y vuelve a imaginarlo y se siente el más afortunado de todos por tenerlo.
------------Fin del Capítulo uno-----
escrito por Elmer B. Bebilacua
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